En este libro se describe por primera vez el Sistema sexual tal cual es, ya que hasta ahora las descripciones científicas se han ocupado en forma parcial del mismo, predominado la esfera genital, siendo que ésta representa una tercera parte del todo. De la misma manera ha sido descrito un cerebro sexual, o se han estudiado síntomas como la impotencia y la anorgasmia como entidades aisladas, sin tener en cuenta la armonía del sistema en el que están inscriptas y la interrelación con los demás sistemas (circulatorio, respiratorio, etc.) que hacen a la función sexual ?si fin último- y cuyos destinos se describen en esta obra. De allí la originalidad que aportan los conceptos aquí expresados. La ideología que condiciona a la conducta sexual, algo que distingue a este Sistema de los demás del organismo, propicia una variada serie de mitos y falacias que inducen a verdaderas alteraciones en el comportamiento, lo que consideramos como ?mentiras verdaderas?. Su procedencia y repetición las consagran a los ojos y oídos del mundo y son también investigadas aquí. Ha sido así desde su origen, arrastrando los miedos suscitados por las religiones y la filosofía llegando hasta los ?descubrimientos? de los profesionales que se maravillan ante este mundo sexual tan inicuamente explotado, a la vez que tan ignorado en su verdadera esencia. Así, en busca de una ?gloria sexual?, una señora enfermera junto a dos psicólogos describieron lo que llamaron el punto G y la eyaculación femenina, de cuya inexistencia hay sobradas pruebas. A tal punto, que la Sociedad Norteamericana de Ginecología lo trata de ?invento mediático? y este año ha sido denunciado en el Congreso Mundial de Salud Sexual de Glasgow, Escocia. Lo peor es que muchos colegas lo creen, y a través de los medios actuales el mundo entero lo busca ¿Por qué se busca una cosa que no existe? Si le sumamos a esto la importancia que se le da al semen y al tamaño del pene. En este libro encontrarán que la mujer y su vagina superan con mucho lo masculino. Y que Eva está antes que Adán. Pero no nos enojamos si no lo creen, porque somos respetuosos del pensamiento ajeno. Los autores.
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