Lucía Muraña es una chica lesbiana y desde los catorce años ha defendido públicamente su condición en todos los entornos donde se ha movido. No le fue fácil, nada fácil.
Tuvo que vencer el temor de compartir con la familia su condición sexual, a que la aceptaran tal como es, a "abrir el fuego" entre sus amigos y principalmente, en el entorno diario en que se suele mover.
Todo empezó en Internet, a través de Ask donde contó algo de su vida y comenzó a intercambiar con miles de jóvenes que pasaban por situaciones similares. Llegó a tener más de un millón de seguidores. Muchos de ellos se sentían reflejados en su historia, en su soledad y le expresaban admiración por la valentía de hablar de "esos" temas. Se transformó en su amiga, en muchos casos, su confidente.
La historia fue generando empatía en algunos, pero en otros, ha despertado muestras de intolerancia extrema.
Esa actitud frente a la vida le ha dado varias gratificaciones pero también la llevó a ser víctima de bullying y ser discriminada por algunos de sus amigos, por sus vecinos, por sus profesores y por mucha gente que entraba a la Red especialmente para agredirla por se quien es, por vestirse como se viste y decir lo que piensa con franqueza.
No salió incólume de toda esa peripecia. La presión que sentía la hizo consumir drogas, sentirse insegura y creer que estaba equivocada. En cambio, la contención familiar y el apoyo que recibió por las redes y por sus seguidores, que la acompañan en cada "movida" que organiza, la han ayudado a ir superando.
Hoy decide contar su historia porque quiere vivir en una sociedad donde se construya la tolerancia en todos sus sentidos y para que todos se animen a expresar quiénes son sin el temor a ser juzgados.
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